El Redentor: una gema preciosa
Ningún ser humano en absoluto podría haber redimido el pecado y la injusticia de la humanidad de Dios, porque todos los seres humanos son culpables. En cuanto a la práctica de su
ley y sus mandamientos, si no de una manera muy imperfecta, nadie los ha cumplido.

A lo largo de su vida, los seres humanos cometen todo tipo de injusticias. Por eso, Dios les ha dado una vida para redimirlos, y no una vida cualquiera, sino la preciosa vida del Hijo único, el mismísimo Hijo de Dios, que será reconocido como el único Justo Verdadero.

Este Redentor es
la piedra angular de todo ser humano.

No hay salvación sin él. Dios puso fundacións en su Hijo.

Nadie puede poner otro, ni en este tiempo ni en ningún otro. De esta piedra que
los hombres habían rechazado.

En verdad, el Padre la ha convertido en una gema, una piedra de incomparable belleza, inapreciable, la piedra más fina y preciosa que existe, una piedra más que rara. Más que extremadamente raro, porque es único.